Mientras avanza el proceso judicial en Calcar, trabajadores ven oportunidad para inversores y salvar la planta

La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), a través de su dirigente Enrique Méndez, insiste en que el proceso de liquidación de la planta de Calcar en Tarariras no se convierta en un desmantelamiento, sino en la puerta de entrada para un nuevo proyecto productivo.

Méndez recordó que, tras el retiro abrupto de la empresa y el despido de los operarios, fueron los mismos trabajadores quienes montaron una carpa, procesaron 19.000 litros de leche y cuidaron la planta para evitar pérdidas mayores. Esa intervención, aseguró, “ha mantenido viva la esperanza de que nuevos empresarios retomen la producción y sostengan las fuentes de trabajo”.

El dirigente agregó que, ante la ausencia de una fecha límite para la reapertura, “es vital que los futuros inversores respeten lo acordado y se comprometan con el desarrollo de la planta, garantizando tanto la producción como el mantenimiento de los empleos locales”.

Méndez visitó la planta industrial de Lactalis en Cardona para evaluar el estado de las instalaciones, en el marco del compromiso asumido por la empresa de reactivar la producción en ese lugar.

Méndez señaló que el proceso de reapertura está previsto en el acta firmada en los Consejos de Salario del sector, que contempla la reincorporación progresiva de trabajadores actualmente en seguro de paro o reubicados en la planta de Juan Lacaze.

Aún no hay fecha confirmada y desde la FTIL se espera una señal clara de la empresa, que brinde tranquilidad a las familias de los trabajadores. Las próximas reuniones –una de ellas fijada para el 27 de junio– podrían ser clave para definir pasos concretos.

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