El caso había sido denunciado por personal del Hospital de Colonia donde la niña estuvo internada. Igualmente la justicia resolvió entregar a Oriana a sus padres con problemas de adicción. La beba falleció esta semana en Tarariras en aparente estado de abandono.
La información surgió luego que funcionarios del hospital hablaran con la colega Mildred Sonderegger de Canal 3 para contarle el caso.
A pesar del fallecimiento de la menor y que la denuncia por situación de abandono había sido hecha, no trascendió el caso ni tampoco el triste desenlace.
Según publica el medio Crónicas del Este, la niña se llamaba Oriana Pereira De Souza y nació como tantas otras niñas en una cuna de vulnerabilidad, de pobreza extrema, de abandono estructural. La decisión fue de un juez que ignoró las alertas, las cartas, los informes. Ignoró a quienes la cuidaron, alimentaron y amaron durante su breve internación en el Hospital de Colonia, detalla la crónica. Eligió confiar en un papel, en una evaluación superficial de una psicóloga designada para «valorar la situación» familiar. Y esa valoración—dicen en el hospital—borró de un plumazo un mes entero de trabajo, de advertencias escritas, de llantos contenidos y rabia.
Oriana había venido desde San José, de una madre que según consta en la historia clínica, llegó a parir bajo los efectos de la cocaína y la marihuana. El hospital de San José no la judicializó. La dejaron partir. Así llegó a Colonia. El personal médico y social del Hospital de Colonia sí alzaron la voz. Denunciaron que no podía volver con sus padres, que la bebé vomitaba la leche, que eran las enfermeras quienes la alimentaban. Que los padres la dejaban en el hospital bajo la custodia de vecinos.
La orden de devolución a sus padres llegó igual.
Una funcionaria del hospital firmó la denuncia y fue citada a declarar. Le dijo al juez: «Si se la devuelven a sus padres, la beba va a morir».
La beba desapareció del radar institucional. De Montevideo se perdió todo rastro. Personal social del hospital intentó seguirla, rastrearla pero no pudieron. Oriana reapareció en Tarariras, muerta.
La justicia trabaja ahora en determinar las causas de muerte y sus padres permanecen a disposición judicial.