
Foto: Tanques israelíes junto a frontera con Gaza. Jack Guez / AFP
El gabinete de Israel aprobó durante la madrugada de este viernes un acuerdo con Hamas que establece un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y una retirada parcial de las tropas israelíes de la Franja de Gaza. Se trata de un paso decisivo en un proceso de negociación que contó con la mediación directa de Estados Unidos, Egipto, Qatar y otros países del Golfo, y que busca poner fin a una guerra que ha dejado miles de víctimas.
El cese de hostilidades entrará en vigor dentro de las próximas 24 horas. Según fuentes oficiales israelíes, el ejército comenzará a replegarse hacia una línea que le permitirá mantener el control sobre aproximadamente el 53 % del territorio gazatí, en lo que se considera la primera fase de un plan dividido en tres etapas.
Uno de los puntos centrales del pacto es el intercambio de rehenes y prisioneros. Hamas se comprometió a liberar a 20 rehenes con vida y entregar los cuerpos de 28 fallecidos. A cambio, Israel excarcelará a unas 250 personas con condenas de cadena perpetua y a alrededor de 1.700 detenidos de Gaza. El proceso se desarrollará bajo la supervisión de mediadores internacionales, que también coordinarán la devolución de restos mortales entre ambas partes.
El acuerdo incluye además un plan humanitario inmediato. En los próximos días se habilitará el ingreso de cientos de camiones con alimentos, medicinas y productos básicos, destinados a aliviar la crítica situación en Gaza, donde Naciones Unidas ha advertido sobre el riesgo de hambruna y colapso sanitario. Egipto ya comenzó a preparar los corredores terrestres por donde ingresará la ayuda, con apoyo logístico de agencias internacionales.
Estados Unidos anunció que enviará 200 soldados para supervisar la aplicación del acuerdo. Los efectivos formarán parte de una misión multinacional junto a Egipto, Turquía, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. No ingresarán en Gaza, sino que operarán desde centros de coordinación en las fronteras para monitorear el cumplimiento del alto el fuego.
Desde Washington, el presidente Donald Trump afirmó que el acuerdo “marca el inicio del fin de la guerra” y adelantó que la segunda fase del plan incluirá el desarme de Hamas y un proceso de reconstrucción con apoyo internacional. “Esperamos que todos los rehenes sean liberados entre el lunes y el martes”, declaró.
Por su parte, Hamas celebró el pacto como “una victoria política” y llamó a la comunidad internacional a garantizar que Israel cumpla sus compromisos. En Jerusalén, el primer ministro Benjamin Netanyahu defendió la decisión asegurando que “la prioridad absoluta del gobierno sigue siendo traer a los rehenes de regreso a casa”.
Tanto la Unión Europea como varios líderes internacionales saludaron el acuerdo, calificándolo como un avance necesario hacia una solución más estable. Sin embargo, organizaciones humanitarias advirtieron que su éxito dependerá de la rapidez con que se concrete la ayuda y del respeto estricto a los plazos establecidos.
El pacto representa una oportunidad inédita para aliviar el conflicto en Gaza. Aun así, su consolidación dependerá de la voluntad política de las partes, de la vigilancia internacional y de que la tregua no se convierta en una pausa efímera dentro de una guerra que lleva años sin resolver.