A la hora de equipar un hogar, la elección entre un calefón y un termotanque no es menor. Aunque ambos aparatos cumplen la función de brindar agua caliente, las diferencias en funcionamiento, consumo energético, instalación y mantenimiento pueden impactar de forma directa en la economía y la comodidad cotidiana.
En esta nota analizaremos cuál conviene según el tipo de vivienda, el uso diario y el tipo de instalación disponible.
También se profundiza en las ventajas y desventajas de los modelos una elección muchas veces determinada por el espacio disponible, pero que también incide en el rendimiento.

¿Qué es mejor, un calefón horizontal o un termotanque?
La elección entre calefón horizontal y termotanque depende principalmente de dos factores, el consumo de agua caliente y el tipo de instalación del hogar. El calefón calienta el aguade manera instantánea, mientras pasa por sus caños internos, activándose solo cuando se abre una canilla. El termotanque, en cambio, mantiene un volumen de agua caliente almacenada en un tanque interno que se recalienta periódicamente.
Para hogares con uso intermitente de agua caliente (por ejemplo, una o dos personas, duchas cortas, sin consumo simultáneo en cocina o lavadero), el calefón suele ser más eficiente porque solo consume gas o electricidad cuando se lo necesita.
En cambio, si hay varios puntos de uso en simultáneo o una familia numerosa, el termotanque garantiza mayor caudal y presión, ya que el agua caliente está almacenada y disponible de inmediato, aunque eso implique mayor consumo energético en el mantenimiento de la temperatura.
Calefón (bajo consumo pero con límites)

El calefón a gas es uno de los equipos más populares en Argentina y otros países de la región. Su funcionamiento instantáneo lo hace atractivo para quienes priorizan eficiencia energética y control de consumo. Ocupa poco espacio y no requiere grandes instalaciones.
Su mayor limitación es el caudal, ya que su potencia depende de la presión de agua y del tamaño del quemador. En muchas viviendas, al abrir dos canillas de agua caliente al mismo tiempo, la temperatura baja de forma considerable. Otra desventaja es que requiere encendido cada vez que se usa. Si es automático, dependerá de pilas o baterías, si es manual, puede ser incómodo.
Otra restricción importante tiene que ver con la ventilación. Al funcionar a gas, el calefón necesita un tiraje seguro que permita la salida de gases quemados al exterior. Esto exige colocarlo en ambientes bien ventilados o conectarlo con un conducto de evacuación adecuado, lo que puede no ser viable en todos los espacios.
Termotanque (más caudal, más consumo)
El termotanque, por su parte, ofrece una experiencia más estable y cómoda, especialmente en hogares con múltiples usuarios. Como el agua caliente está acumulada y lista para usarse, no hay demoras ni caídas bruscas de temperatura cuando se abren varias canillas a la vez. Esto lo convierte en una buena opción para familias, casas con más de un baño o situaciones donde se necesita abastecer cocina, baño y lavarropas simultáneamente.
No obstante, ese confort tiene un costo el termotanque consume energía constantemente para mantener la temperatura del agua almacenada. Incluso cuando no se usa, sigue calentando para compensar las pérdidas de calor. Requiere espacio suficiente para ser instalado sobre todo los modelos de mayor capacidad y un mantenimiento periódico para evitar la acumulación de sarro y residuos en el fondo del tanque.
El tiempo de recuperación también puede ser una desventaja. Si se agota el agua caliente almacenada, hay que esperar varios minutos a veces, más de una hora para que vuelva a calentarse el volumen total del tanque.
¿Cuáles son las desventajas de un calefón?
La principal desventaja del calefón es la limitación del caudal de agua caliente. Si más de una persona lo usa al mismo tiempo, la temperatura puede bajar drásticamente o incluso interrumpirse. A esto se suma la necesidad de buena presión de agua: si el flujo es bajo, el calefón puede no encenderse o funcionar de manera ineficiente.
También es importante destacar que los calefones requieren buena ventilación y una instalación cuidadosa, especialmente los que funcionan a gas. Si no se instala correctamente, puede haber riesgo de acumulación de monóxido de carbono. Además, los calefones eléctricos, aunque eliminan el problema del gas, pueden elevar considerablemente la factura de electricidad si se usan con frecuencia.
¿Cuáles son las desventajas de un termotanque?
El principal punto en contra del termotanque es su consumo energético constante. Al calentar un volumen de agua que puede no utilizarse de inmediato, el gasto se mantiene activo durante todo el día, incluso en horarios de poco uso. Esto puede representar un gasto significativo en hogares donde se busca optimizar el consumo.
Otra desventaja es el espacio que requiere: cuanto mayor es la capacidad, más voluminoso será el equipo, lo que lo vuelve menos adecuado para departamentos pequeños o viviendas sin áreas de instalación específicas. Además, el tiempo de recuperación después de agotar el agua caliente puede generar molestias, especialmente si se lo usa intensamente en momentos puntuales (por ejemplo, durante la mañana).
Modelos eléctricos ¿son una alternativa válida al gas?
Con el avance de la tecnología y el aumento de construcciones sin conexión a la red de gas, los modelos eléctricos de calefones y termotanques están ganando terreno en el mercado. Aunque su consumo energético puede ser elevado en ciertos contextos, ofrecen ventajas como una instalación más simple, menor mantenimiento y la ausencia total de combustión, lo que los hace más seguros en ambientes cerrados. Además, no requieren tirajes ni ventilaciones especiales, lo cual amplía significativamente las opciones de ubicación dentro del hogar.
Algunos modelos modernos incorporan funciones inteligentes, como programadores de encendido, control por aplicaciones móviles, termostatos digitales de alta precisión y aislación térmica reforzada, lo que permite reducir el gasto energético y ajustar el uso a los horarios del día con mayor demanda. Esto convierte a los equipos eléctricos en una opción viable y cada vez más elegida, especialmente en departamentos, viviendas sustentables y zonas rurales sin acceso a gas de red.
Mantenimiento, lo que nadie te dice hasta que es tarde
Tanto el calefón horizontal como el termotanque requieren un mantenimiento regular, pero muchas veces se lo pasa por alto. En el caso del termotanque, la acumulación de sarro y óxido en el fondo del tanque puede afectar el rendimiento y acortar la vida útil del aparato. Para el calefón, es clave revisar el estado del quemador, la válvula de seguridad y la limpieza del conducto de ventilación.
No realizar estos controles periódicos puede derivar en fallas graves, fugas o incluso situaciones peligrosas, como escapes de gas o explosiones internas.
¿Cuánto duran estos equipos y cuándo conviene reemplazarlos?
Aunque la vida útil de ambos equipos varía según el uso y el mantenimiento, un calefón horizontal suele durar entre 8 y 12 años, mientras que un termotanque bien cuidado puede alcanzar los 10 o 15 años. El deterioro del tanque interno, la corrosión o fallas en el termostato son señales de que conviene reemplazarlo. En el caso de los calefones, una llama amarilla constante o una ventilación deficiente también indican problemas que podrían requerir recambio.